Al verano le quedan ya pocos días; esta época se parece mucho al principio de enero, ya que ahora, como entonces, la mayoría hacemos nuestro más o menos largo listado de buenos propósitos. Esta vez uno de ellos podría ser el estudio de un nuevo idioma, dado que los efectos positivos de esta actividad han sido confirmados en varias ocasiones. Un artículo que salió el 4 de septiembre en heraldo.es nos ayuda a resumir los principales beneficios de aprender una lengua extranjera.

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Aprender otro idioma supone adquirir mayor plasticidad cerebral, y es, en conjunto, una gimnasia cerebral que retrasa el envejecimiento y el desarrollo de enfermedades. Los neurólogos coinciden en que cuanto más se utiliza el cerebro menos frecuentes son los fallos en sus funciones. Aprender un idioma es una de las gimnasias más completas, porque se activa la memoria y se crean nuevas conexiones al cambiar de un idioma a otro. Muy importante: la gimnasia comienza desde la primera lección. A la gimnasia cerebral se une el entrenamiento del sistema auditivo: aprender un idioma nuevo ayuda a diferenciar y codificar mejor los sonidos y tonos.

El conocimiento de un segundo idioma es un factor clave para encontrar trabajo. Desde el Centro de Ciencia del Lenguaje de la Universidad Penn State, en Estados Unidos, explican que los que hablan una segunda lengua realizan mejor y más rápido las funciones de multitarea. Los expertos coinciden en que los trabajadores que muestran en sus currículums que hablan el inglés u otra lengua están más capacitados para el trabajo en equipo y asumen mejor las responsabilidades. Con un segundo idioma se mejoran “todas las funciones cognitivas, la atención, la percepción, la memoria, la inteligencia y el lenguaje”, aseguran científicos del University College de Londres.

Los que aprenden un segundo idioma pueden retrasar los síntomas del alzhéimer hasta cinco años, según revela un estudio publicado en la revista Neurology. El estudio se realizó en Toronto, Canadá, por el Instituto de Investigación Rotman. Unos 200 pacientes diagnosticados con alzhéimer presentaban distinta evolución: los que habían aprendido un segundo idioma (la mitad de los pacientes) lograban retrasar hasta cinco años síntomas como la pérdida de memoria, la dificultad para planificar, la confusión o las dificultades para resolver problemas.

Por si hemos conseguido animarles, les dejamos unos enlaces que pueden resultar interesantes: elpais.com/diario, elmundo.es/elmundo

Fuente: heraldo.es/noticias/sociedad