Hoy nos tienen que permitir salir de nuestro hábitat natural, el espacio en el que estamos acompañados por nuestro fiel compañero, el ordenador, para que salgamos al sol. Y nos apetece hablar del verano, aunque puede que no tenga nada que ver con idiomas y traducciones. Es que también el traductor, típico “animal de despacho”, de vez en cuando necesita disfrutar del buen tiempo. Y qué día mejor que hoy, comienzo del verano 2013… ¿o no?

El solsticio de verano

La portada de Wikipedia en inglés (sección «On this day…») dice: «June 21: Midsummer festivities (Northern Hemisphere); Winter solstice festivals (Southern Hemisphere)». ¡Resulta que ya estamos a mitad de verano! El National Geographic nos ha tranquilizado un poco, aunque nos hemos dado cuenta de que de todas formas hemos perdido por un día el principio del verano.

El verano empezó oficialmente ayer, con el solsticio de verano, haciendo que el 20 de Junio fuera el día más largo del año, al menos en el hemisferio norte. El solsticio de verano de este año se ha producido un día antes que los pasados 3 años, debido a que 2012 fue un año bisiesto. En general, la fecha exacta cambia de año a año, pero se suele mantener alrededor del 20 o 21 de Junio. Considerando las características del solsticio de verano, fecha a partir de la cual los días empiezan a hacerse más cortos, se puede entender que en sentido astronómico se considere que hemos alcanzado la mitad del verano (de ahí las celebraciones del midsummer). Pero si tenemos en cuenta la radiación solar, que seguirá siendo intensa hasta por lo menos mediados de agosto, resulta clara la razón por la que consideramos que ahora empieza el verano meteorológico.

El solsticio de verano ha sido reconocido y celebrado por muchas culturas a lo largo y ancho del mundo. Los antiguos Egipcios, por ejemplo, construyeron las Grandes Pirámides de forma que el sol, visto desde la esfinge, se situase exactamente entre dos de las pirámides en el solsticio de verano. Para muchas de las culturas antiguas, esta fecha no era solo una excusa para festejar o rezar, se trataba de algo esencial para su existencia. Asociado con la agricultura, era un recordatorio de que las cosechas habían llegado a su punto álgido. En cambio, a día de hoy, para muchas culturas modernas los solsticios y equinoccios ya no atraen la misma atención que antes. «Los únicos que realmente prestan atención a lo que está pasando fuera de forma regular son los agricultores, ya que es importante para sus cultivos y cosechas», ha comentado una astrónoma cultural.

Por supuesto no queremos contradecir a una astrónoma metiéndonos en campos que no dominamos, pero en este caso específico creemos que, aunque sea por razones más triviales, como desempolvar las sandalias para salir a una terraza, no solo los agricultores se han fijado en el comienzo de la nueva temporada.

¡Qué disfruten del verano!

Fuentes: nationalgeographic.es/noticias/medio-ambiente/solsticio-verano