«Una compañía francesa asegura que ha desarrollado un programa informático capaz de detectar el sarcasmo con una tasa de acierto del 80 por ciento. Forma parte de un sistema que utilizan para medir la reputación de las empresas en base a las opiniones que se expresan en los medios de comunicación y en las redes sociales.

sarcasmo

La tecnología para interpretar el lenguaje y su intencionalidad no es nueva, pero todavía tiene muchas limitaciones. Entre las más destacadas está el uso del sarcasmo por parte del que quiere expresar una opinión negativa formulada en términos positivos. Hasta ahora, las máquinas solo eran capaces de detectarlo cuando era muy evidente.
[…] Estos programas recogen las opiniones en foros, blogs, redes sociales o comentarios en prensa y los analizan en busca de patrones de sentimientos. […] El problema llega cuando la gente utiliza expresiones que un ordenador identificaría como positivas para expresar una opinión negativa. Por ejemplo, cuando un usuario ‘agradece’ a una compañía aérea un retraso en su vuelo. […] Son formas de criticar lo suficientemente habituales como para que un sistema de análisis de sentimiento tenga que tenerlos en cuenta. Hasta ahora la única solución pasaba por la intervención de seres humanos en el proceso, mucho más precisos, y mucho más lentos.»

Cualquier avance tecnológico, si puede facilitar nuestras vidas o trabajos, nos parece positivo. Nosotros mismos les hemos sacado mucho provecho a las herramientas de traducción asistida, las cuales, empleadas de forma adecuada, son un gran apoyo y pueden agilizar muchas tareas. De todas formas, agradecemos la última frase del artículo (aunque no nos ha quedado del todo claro si contiene algo de sarcasmo…). Está claro que el trabajo humano en muchos casos es más lento que el de las herramientas tecnológicas, pero se debe a que el ser humano es algo más complejo y misterioso que una máquina. A nuestro parecer, el ámbito de la interpretación del lenguaje y de su intencionalidad incluye tantos matices y variables que a menudo ni siquiera la intervención de una persona nos puede aclarar del todo ciertas cuestiones, razón por la que aunque aplaudamos el progreso tecnológico en este campo, seguimos considerando como imprescindible la participación del ser humano.

Fuente: elcorreo.com