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No nos cansaremos nunca de subrayar la importancia de hablar con propiedad, en cualquier contexto y con cualquier registro del idioma, también a la hora de insultar. Pues sí, sería mejor no tener que insultar nunca a nadie, pero… como no vivimos en un mundo utópico color de rosa, mejor será saber emplear correctamente los vocablos y expresiones ofensivos y tener algo de variedad también en este apartado del idioma.

Pancracio Celdrán, profesor, erudito y periodista especializado en Historia y Literatura antigua y medieval, Antropología cultural y Fraseología, ha publicado dos libros al respecto: Inventario general de insultos (1995) y El gran libro de los insultos (2008).

Hemos ojeado el primero y hemos elegido tres insultos, tarea nada fácil ya que ¡tiene más de 300 páginas!

Analfabestia: se dice de la persona sumamente tosca y embrutecida, que a su ignorancia de cosas elementales, como la lectura o la escritura, une espíritu cerril y zafio. […] Es voz de formación reciente […].

Mocosuena: que ha oído campanas sin saber dónde suenan; persona que atiende más al sonido de las palabras extranjeras que a su significado. Se dice también del individuo que no sabe por dónde va, ni parece que le importe. Sujeto que llamándose músico no sabe ni solfeo ni armonía, tocando de oído y cantando de la misma manera, como los cantautores de nuestro tiempo.

Pollopera: niñato, pollo bien. Palabra compuesta: “pollo” es el mozo de pocos años, bien parecido y formado […] “pera” es la renta vitalicia, el destino o la posición aventajada y lucrativa que permiten una vida descansada. Un pollo pera es, pues, un joven con el futuro solucionado […]. Esa seguridad ante el destino que le da al joven tanta confianza en sí mismo, caracteriza al personaje, haciendo del sujeto en cuestión un individuo indolente, que tiene a la vagancia y al dulce ocio, convirtiéndose en un paseante en corte en busca de aventuras. El pollopera con poco talento no tarde en convertirse en niño pitongo, última parada para llegar a la condición de perfecto gilipollas en forma de mozalbete educado y bien vestido. […]

Para las próximas fiestas, entre tanto regalo para los niños, la suegra, los cuñados… háganse Uds. un regalo verdaderamente útil con el Inventario general de insultos, ¡seguro que se convertirá en uno de los libros más consultados de la casa!

Fuentes: wikipedia.org, Inventario general de insultos