El personaje del mes de marzo es sin duda alguna el nuevo Papa Francisco I, el cual está ocupando las portadas de los periódicos, los telediarios y las redes sociales. Ya les dimos algunas claves para poder seguir el Cónclave entendiendo sus fórmulas latinas; hoy vamos a retroceder a los días previos al Cónclave y al día de la fumata blanca para reflexionar sobre el papel de los intérpretes.

Sandra Bertollini, presidenta de la Asociación italiana de traductores e intérpretes, resumió el perfil de los intérpretes de los cardenales con estas palabras: «Privacidad, preparación sobre los temas que se afrontarán y conocimiento de la historia. Es un ambiente particular, en el que cuenta la discreción y también el propio bagaje cultural». Añadió además unos comentarios generales sobre esta hermosa profesión: «Para un intérprete nunca es suficiente conocer solo la lengua que hay que traducir, sino también la cultura de un país y sus costumbres. Interpretar significa no solo traducir las formas usuales, sino también entender el significado de ciertas afirmaciones que cambian dependiendo de la nación. Nunca hay que olvidar que siempre se pueden cometer errores. Hay que tener curiosidad y contar con una excelente memoria, tener interés por otras culturas y estar predispuestos a las relaciones interpersonales. De hecho, existe la posibilidad de viajar y de dialogar con personas que te pueden enriquecer a nivel humano».

La afirmación «Nunca hay que olvidar que siempre se pueden cometer errores», nos lleva a otro tema que salió en la prensa de varios países, relativo a la traducción de las oraciones que Francisco I pronunció en italiano durante su primera intervención pública. En Inglaterra hubo indignación porque el intérprete tuvo problemas con el Padre Nuestro y en Francia el canal de televisión TF1 hasta tuvo que pedir disculpas por la traducción de las oraciones. En cambio, en España el intérprete en TVE permaneció en silencio mientras el nuevo Papa pronunciaba el Padre Nuestro y el Ave María, por lo tanto el público español los escuchó en italiano.

El de intérprete es un oficio muy complejo, que requiere conocimientos específicos y un aprendizaje continuo. Hay que tener en cuenta también factores externos, como la posibilidad de disponer por adelantado de la documentación necesaria para desarrollar de forma satisfactoria el servicio, y, por supuesto, no hay que olvidar los aspectos psicológicos relacionados con el trabajo en tiempo real. Conociendo la profesión de intérprete desde dentro, aunque estemos convencidos de que en cualquier actividad hay que buscar siempre la excelencia, nos cuesta no sentirnos solidarios hacia los compañeros que no pudieron restituir, en el idioma de destino, las oraciones declamadas en italiano.

Fuentes:

vaticaninsider.lastampa.it

dailymail.co.uk/news

lejdd.fr/Medias/Television/Actualite