El DRAE define el extranjerismo como voz, frase o giro que un idioma toma de otro extranjero. Todas las lenguas, desde sus orígenes, son productos de mestizaje, por lo tanto los extranjerismos son parte del proceso natural de evolución del idioma y no hay que alarmarse por escuchar con frecuencia términos o expresiones extranjeras. Los extranjerismos se dividen principalmente en dos grupos: los adaptados, cuya grafía ha sido hispanizada (como máster) y los crudos, que mantienen su ortografía y pronunciación original (como software).

Al mencionar la palabra extranjerismo, tendemos a pensar casi exclusivamente en los anglicismos, ya que el inglés, desde el siglo XIX, reina en el idioma español; pero no tenemos que olvidar que en español usamos también palabras provenientes del francés (chalé), latín (hábitat), árabe (almohada), alemán (lager) y de otras muchas lenguas.
Vengan de donde vengan, hay casos en que los extranjerismos resultan indispensables, porque nuestro idioma no tiene un término equivalente a tal vocablo o expresión, pero deberíamos intentar no abusar de ellos, sobre todo cuando en español hay alternativas válidas. Casos evidentes de extranjerismo innecesario son por ejemplo email por correo electrónico, show por espectáculo o link por enlace. En cambio, casos igualmente evidentes de extranjerismo necesario son jazz o pizza (¿o alguien se atreve a pedir en un restaurante italiano  una “torta chata”?).
Como representantes de un oficio que tiene que ver con los idiomas, tenemos que estar un poco a la vanguardia de estas innovaciones, así que, por supuesto, no estamos en contra del empleo de términos extranjeros, tanto a nivel oficial como en el habla corriente. Somos conscientes de que hay realidades nuevas que imponen la obligación de darles nombre, y si ese nombre no existe en nuestro idioma nativo, bienvenido sea el foráneo. Pero creemos también que, dentro de lo posible, no se puede perder el objetivo de mantener la uniformidad del idioma; por esta razón, nos parece extravagante y en algunos casos grotesco el exceso en el uso de los extranjerismos, sobre todo en los medios de comunicación. El español es uno de los seis idiomas oficiales de la ONU y el segundo idioma más hablado del mundo según el número de hablantes que lo tienen como lengua materna; es muy rico en vocabulario y matices, por lo tanto deberíamos valorar y emplear más esta riqueza.

Si quieren profundizar el tema de los extranjerismos, les aconsejamos unos artículos interesantes de la Fundéu:
http://www.fundeu.es/recomendacion/moda-12-extranjerismos-con-equivalente-en-espanol-1226/
http://www.fundeu.es/recomendacion/formula-1-extranjerismos-innecesarios/
http://www.fundeu.es/recomendacion/cine-claves-para-una-buena-redaccion-1227/