En algunas ocasiones hemos hablado de un problema relativo a los intérpretes que colaboran en juzgados y comisarías; cuando no están bien preparados, se pueden crear situaciones bochornosas que, en caso de juicios mediáticos, se hacen públicas gracias a las cámaras de televisión. Como casi siempre, lo negativo es lo que más destaca, pero es importante recordar que hay muchísimos intérpretes bien formados y competentes que trabajan en estos contextos y que, además, desarrollan un servicio delicado para el cual el conocimiento de dos o más idiomas es solo una de las numerosas características y aptitudes fundamentales.

traduccion_tecnica

En un artículo que apareció hace unos días en diariosur.es leímos los testimonios de algunos de estos intérpretes que trabajan en Andalucía; les proponemos los pasajes que hemos considerados más significativos, sobre todo porque permiten entender mejor este oficio.

«Un trabajo duro, que ocupa sus vidas las 24 horas del día y que roza la asistencia psicológica. Porque el delito no sabe de horarios y ellos, como jueces y fuerzas del orden, también viven de guardia. […]

Claudia Ion, rumana, es una de las intérpretes más jóvenes de la provincia de Málaga. […] “Recuerdo todavía mi primer día de trabajo. Lloré durante toda la tarde. Llegué a los juzgados y me dijo el policía que le acompañara al calabozo. Cuando vi a aquel hombre, mirándome fijamente a los ojos, agarrado a los barrotes de la celda, se me cortó el cuerpo. Le dije a mi marido: yo no sirvo para esto. Y ya han pasado seis años”, relata. […]

“Un buen intérprete debe dominar muy bien el idioma, hacer de psicólogo, no ponerse a la defensiva con los detenidos a los que tiene que interpretar. Hay casos en los que se ponen tensos o agresivos contigo, y a mí me ha pasado muchas veces que el abogado me ha pedido que hable con ellos porque me ven que puedo calmar la situación”, admite Claudia. Y Said Sadki, de Casablanca (Marruecos), traductor de árabe tanto en juzgados como en comisarías, coincide.

“A veces se ponen a la defensiva. Hay que transmitir tranquilidad y ser muy íntegro, transparente, pues muchas veces hay algunos intérpretes que creen que tienen que imponer su criterio. Y los criterios personales hay que dejarlos a un lado, así como la afección. Son trabajos muy delicados. Hay que saber transmitir letra por letra lo que el detenido ha dicho para no perjudicar su situación”, explica Said […].»

Aunque en un principio nuestra idea era formular una entrada que mirase al positivo, no podemos evitar poner como conclusión una reflexión de Said que resulta bastante preocupante: «“Hay que denunciar, porque últimamente, con la crisis, no se está cumpliendo con este derecho, que garantiza una asistencia profesional. Últimamente, hemos visto cómo se apañan con alguien de la calle o con algún familiar del detenido que chapurrea el español. Pero así no se debe hacer”. […]»

Fuente: diariosur.es