La locución latina de Séneca, el joven: Errare humanum est, se aplica también a los traductores, razón por la que en muchos casos es importante, para poder garantizar una buena calidad, someter un texto traducido a revisión y corrección. Estos dos términos indican unos servicios complementarios que ofrecen las empresas de traducción y representan un valor añadido al producto. Suponen tareas y competencias diferentes, pero muchas veces se confunden, por eso vamos a intentar aclarar la función y el desarrollo de ambas actividades.

Qué es la revisión

Empecemos por la revisión, que el DRAE define como la acción de “someter una cosa a nuevo examen para corregirla, enmendarla o repararla”. Aplicado a una traducción, este concepto indica la acción de mejorar o enmendar el texto de llegada, sin volver a traducirlo, reescribirlo o modificarlo de forma injustificada. El objetivo, por tanto, es comprobar que la traducción sea adecuada para su fin, es decir, que cumpla las especificaciones del encargo de traducción.

Características del revisor

El revisor tiene que ser un traductor cualificado y precisa además una formación especializada. Estos profesionales deben reunir las siguientes características:

  • Deben ser unas personas muy curiosas y perfeccionistas.
  • Tienen que ser flexibles con las normas lingüísticas y no adoptar posturas demasiado radicales o puristas.
  • El revisor de un texto tiene que ser una persona diferente a la que ha traducido el texto en cuestión, dado que necesita no haber estado involucrado en los problemas de la traducción para lograr una visión más objetiva.

Tareas principales

Las tareas principales del revisor se pueden dividir básicamente en dos:

  1. Comprobar la coherencia interna, o adecuación de todas las partes al conjunto.
  2. Verificar la coherencia externa o inteligibilidad.

El proceso de revisión

La revisión suele empezar por la lectura del texto de llegada como si de un texto original se tratase, para apreciar el efecto total del tema y del estilo. De esta forma el revisor puede juzgar el texto desde la perspectiva del destinatario.

Después sigue la lectura a grandes rasgos del texto de origen, para lograr una visión  de conjunto. Se comparan luego los dos textos para verificar la correspondencia y fidelidad de la traducción. Por último, hay que volver a leer el texto de llegada y dar los toques finales para conseguir que la comunicación sea eficiente y natural.

¿Revisor vs traductor?

A veces el revisor es percibido como hostil por parte del traductor. Esta impresión se debe principalmente al hecho de que a nadie le resulta agradable que su propio trabajo se someta a críticas, enmiendas y modificaciones.

Sin embargo, si dejamos el ego a un lado y nos centramos en el verdadero objetivo, que es una traducción de calidad, podemos afirmar que no hay mejor complemento para un traductor que un buen revisor.

En Deltatext somos conscientes de esta necesidad y es por ello que contamos con un equipo de revisores para otorgar a los trabajos de traducción la calidad que se merecen. El trabajo final se presenta después de que todos los agentes necesarios hayan desarrollado su labor y así ofrecer un documento perfecto.

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