La palabra del año

La palabra del año

Como viene siendo costumbre desde hace tres años, la Fundéu ha elegido su palabra del año: después de “escrache” en 2013 y “selfi” en 2014, la palabra de 2015 es “refugiado” «un término que no es nuevo pero que ha marcado de forma decisiva la actualidad informativa del año que termina».

[…] «“En la Fundación creemos, por tanto, que refugiado cumple las condiciones que le pedimos a la palabra del año: que haya estado en las noticias y en las conversaciones en el 2015, que tenga además un cierto interés desde el punto de vista lingüístico y que sea un término común a todo el ámbito hispanohablante, no propio solo de un país o región. Que sea un término nuevo o no, no resulta relevante para nuestra decisión”, explica el director general de Fundéu BBVA, Joaquín Muller».

Les proponemos algunas de las otras once finalistas:

Trolear y troleo: palabras empleadas en un principio en internet para referirse a la acción y al efecto de intervenir en un foro digital con el objetivo de generar polémica, ofender y provocar de modo malintencionado a los demás usuarios. A partir de este primer uso, estas voces han ido extendiendo su significado, de modo que se aplican a múltiples contextos, no siempre digitales, con la idea sobre todo de ‘intervenir con ánimo de hacer fracasar algo’.

Poliamor: neologismo válido. Deriva del anglicismo polyamory y, según el Diccionario del sexo y el erotismo de Félix Rodríguez González, se define como relación afectiva, sexual e íntima establecida entre tres o más personas con el conocimiento y consentimiento de todos los implicados.

Despatarre o despatarre masculino: alternativas posibles en español al anglicismo manspreading, un término informal que alude a la manera de sentarse de algunos hombres, en especial en los transportes públicos, con las piernas abiertas, invadiendo el espacio de los asientos adyacentes.

Zasca: palabra que alude a una réplica cortante, rápida y a menudo ofensiva en un debate o una conversación. Tanto zas como zasca han empezado a utilizarse para referirse a lo que también podría denominarse un corte, un hachazo dialéctico o una bofetada verbal.
Ese nuevo uso, propio del español de España y al principio más habitual en las redes sociales, los foros digitales y los programas de entretenimiento, se ha extendido ya a los medios de comunicación.

Nos habría encantado que la ganadora hubiese indicado algo desenfadado o divertido (nuestras favoritas eran zasca y despatarre), pero este año ha sido marcado por eventos de mucha intensidad que merecen estar en primer plano también desde el punto de vista lingüístico, así que la palabra de 2015 está más que justificada.

¡Ojalá el 2016 dé pie solamente a palabras alegres y socarronas!

Fuente: fundeu.es