Las nuevas tecnologías han aportado grandes cambios a nuestras vidas, tanto personales como profesionales. Suena un poco a tópico, pero, como cada tópico, tiene su base verdadera. Ya hemos comentado como ha cambiado el trabajo del traductor gracias al uso de los ordenadores, herramientas que hacen que muchas tareas se puedan desarrollar de forma más rápida. Pero a la vez las nuevas tecnologías “han obligado” a los traductores a ampliar su formación, a acercarse a campos que hace unos años no se consideraban unidos a esta profesión. Al principio, como siempre, fue complicado, pero al final todo esto nos ha aportado (y continúa) nuevos conocimientos que nos permiten ser más conscientes del contexto del que surge la exigencia de nuestras traducciones y, además, presentarnos en el mercado con un perfil más completo.

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Queremos hacer referencia sobre todo a la edición y maquetación de textos, servicios que cada vez más ofrecen los profesionales del sector.

Por edición, en sentido general, puede entenderse la preparación de un original para su publicación o para su presentación en cualquier formato o medio. Si recurrimos al DRAE, encontramos que una de las definiciones de “editar” es: «Adaptar un texto a las normas de estilo de una publicación». Las aplicaciones para editar un texto son muchas y sus posibilidades casi infinitas, pero, para usar términos que suenan ya a todos, la edición de un texto incluye acciones como: copiar, pegar, insertar, borrar, etc.

La maquetación se encarga de organizar en un espacio, contenidos escritos, visuales y en algunos casos audiovisuales (multimedia) en medios impresos y electrónicos, como libros, diarios y revistas. Maquetar significa decidir cómo ocupar la página, cómo disponer el conjunto de elementos para conseguir un equilibrio estético.

El hecho de que la agencia a la que se encarga una traducción pueda realizar también el servicio de edición y maquetación, hace que se acorten los plazos para conseguir el texto definitivo y que además sea más fácil gestionar este servicio: el cliente tendrá que explicar solamente una vez sus necesidades con respecto al texto en cuestión y la agencia tendrá todos los elementos necesarios a entender la finalidad de su traducción, elementos fundamentales para poder entregar un trabajo de calidad.

Una vez más vemos como lo de traducir no es una mera cuestión de palabras.

Fuente: lema.rae.es/drae/?val=editar, es.wikipedia.org, fotonostra.com